05 abril 2016

Plaza de Tirso de Molina

  Aquí tenemos la Plaza de Tirso de Molina, una plaza bien diferenciada en dos partes, por un lado, un colorido mini mercado de flores y por el otro al bueno de Tirso, triste y aislado encima de su pedestal.

  Esta plaza es una de las fronteras del barrio de Lavapiés, un barrio lleno de historia y de abandono, un barrio que aparecía en las guías, que algunas universidades norteamericanas daban a sus alumnos, estudiando temporalmente en Madrid, como un barrio totalmente inseguro y peligroso, y como contrapartida, les recomendaba visitar un restaurante chino, que creo que estaba en la calle Jesús y María, que era un auténtico desastre.

  Volviendo a la plaza, ahí está el bueno de Tirso sustituyendo en su pedestal a Juan Álvarez Mendizábal, antiguo inquilino del pedestal y de la plaza, de anterior nombre Plaza del Progreso. La idea del cambio fue de la desagradable dictadura franquista que tuvimos por aquí durante más cuarenta años, a nadie consultaron, lo realizaron en un pispás, como tantas otras cosas mucho más graves que hicieron, sin miramiento,  sin ningún tipo de vergüenza y con total impunidad y alevosía. Hoy llevamos más de treinta años intentando cambiar simbología franquista y reparar todos los males en que incurrieron él y toda su banda, y parece que todavía tenemos miedo y hay que pedir permiso para hacerlo, vaya panda de inútiles que somos. 

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