No busquen ninguna cruz, ni santa ni pecadora, en esta
plaza, porque no la hay. El nombre lo coge de la Iglesia de Santa Cruz, a unos
pasos de allí o del Palacio de Santa Cruz, que preside la plaza y que actualmente es sede del Ministerio
de Asuntos Exteriores.
Para no dar muchas pistas al enemigo de la ubicación del
lugar, donde nuestro cuerpo diplomático desarrolla su ingente labor, no he
querido sacar ninguna foto de la plaza, que tampoco es muy allá pese al lugar
privilegiado en que se encuentra, y si una foto de la parte posterior del
edificio del Ministerio en cuestión, en la calle Concepción Jerónima. En la
foto, hay un detalle curioso de observar, las dos veletas, situadas en la parte superior
de ambas torres, señalando cada una en
una dirección diferente, la que más convenga, independientemente de la
dirección real en que el viento sople. Imagino, que esto será para despistar a
los numerosos espías que pulan por allí y que no tengan ni idea de la dirección
en que se mueve nuestra diplomacia, espero que esto no sirva también para despistar
a nuestro señor ministro y no sepa que rumbo tomar.
De esta plaza, utilizada desde tiempos de Felipe II como
espacio donde vender diferentes tipos de mercancías dependiendo de la época en
que nos encontráramos, poca cosa cabe destacar, salvo los paseos que podemos
dar por las calles aledañas y las diferentes entradas a la Plaza Mayor.
Pónganse coloraos, cámara al hombro, sonrisa fija, mirada de interés y
conocimiento, en su defecto de asombro, sigan a alguien con un palo de
colorines en alto, y pasaran desapercibidos. De otro modo les miraran raro por esos lugares.
Por
cierto, como yo perdí a la del palo, paseando por la plaza en busca de alguna
foto que poder mostrar, escuché una interesante conversación a los guardias de
guardia en la puerta del Ministerio, que me hizo recordar.
Hablaban de un
asesinato detrás de la Puerta de Alcalá, comentaban que no se había hecho
público porque se trataba de un importante personaje, un famoso presidente
constructor de un, no menos famoso, club de fútbol de la capital. Y no saquen
conjeturas, como yo, sobre el personaje en cuestión, porque el Puerta Bonita,
famoso club de fútbol de la capital, lo mismo también está presidido por un
constructor. Tendré que darme más paseos por allí, a ver si obtengo más datos y
les voy informando.