Es una calle de Madrid, pero perfectamente podría situarse
en el Chicago de los años 20, eso sí, sin pizca de su glamour. Tampoco me atrevo a pasar
muy cerca de esta calle, por eso, esta foto de uno de sus edificios, está
tomada desde la distancia. Dicen que Madrid tiene muchos barrios peligrosos,
calles y zonas donde no es aconsejable moverse de noche, pero para mí, este es el lugar más oscuro, lúgubre y triste
de toda la ciudad, no es toda la calle, sino concretamente es al pasar por el
número, el número… uf, no puedo ni nombrarlo del miedo que me da, es lo que
tiene esta calle, tiene un no sé qué, en donde nadie sabe nada, nada dice nada,
nadie ve nunca nada, pero notas que algo negro y turbio flota en el ambiente y eso que el constante trasiego de furgones policiales,
saliendo de ese número innombrable, dirigiéndose a las cárceles más cercanas, tranquiliza un poco, pero
aun así, la congregación de delincuentes que campan por la zona en total
libertad, con los bolsillos llenos y la conciencia vacía, sigue siendo altísima,
sobre todo en una de sus esquinas, una esquina bien popular, por cierto.
Esta calle no tiene mucha historia, pero la que tiene es
muy curiosa. Une las plazas de Alonso Martínez y de Colón y separa los barrios
de Justicia y de Almagro. ¿Saben ustedes dónde no queda el número
innombrable en cuestión? Exacto.
También es interesante ver la gran cantidad de tiendas en
negro y de blanqueo que hay por allí, bancos nacionales y extranjeros,
compañías eléctricas, autopistas, el Canal de Isabel II, como no, inmobiliarias,
agencias de detectives, academias para ser ciegos, sordos y mudos, escuelas que
enseñan a meter la mano sin que te pilles los dedos, escuelas superiores de
enaltecimiento de los valores patrios, tiendas con descuentos especiales para
vagos y maleantes. Y por allí pasan, toreros, muchos toreros, presentadores de
tv, también muchos, un informático, directores de periódicos, jueces, un montón
de ellos, la alta jerarquía eclesiástica, esta al completo, escapistas, pinta
monas, un rey, no, perdón, dos reyes, y… así, un sinfín de comercios, locales y
profesiones, que en esa esquina tienen su zona de influencia y que gracias a
las nuevas tecnologías del mangui y el jeting, han ido extendiendo por toda la
geografía nacional.
Génova Street Corner, qué lugar, qué gente! Y nos lo queríamos perder!.